Vivir la vida

Lo primero que quise fue marcharme bien lejos;
en el álbum de cromos de la resignación
pegábamos los niños que odiaban los espejos
guantes de Rita Hayworth, calles de Nueva York.

Apenas vi que un ojo me guiñaba la vida
le pedí que a su antojo dispusiera de mí,
ella me dió las llaves de la ciudad prohibida
yo, todo lo que tengo, que es nada, se lo dí.

Así crecí volando y volé tan deprisa
que hasta mi propia sombra de vista me perdió,
para borrar mis huellas destrocé mi camisa,
confundí con estrellas las luces de neón.

- Sabina.

Entre el extremo de pasar por la vida en plan kamikaze porque poco nos ha de importar ahora que somos jóvenes y el extremo de la obsesión por la salud que nos resta la poca salud mental que nos puede quedar, ha de existir y existe un centro en el que nos preocupemos por morirnos más tarde que pronto porque con todo ha de valer la pena estar más aquí que allí.

Unifobia, la universidad del pasillo más selecto

Frustrada y apostada a una silla donde ya no entiendo nada. En este laboratorio cada vez hace más frío, debe ser que el invierno llegó dentro en la propia universidad. Tengo que pedir turno para ver a mi director de tesis y ya empieza a parecer el restaurante de Arzak, con lo que el paper este que intento entender se hace cada vez más arduo y más pesado hasta que decido levantarme.
Levantarse no es una mejor opción, fuera, en el pasillo existe un mundo de fauna y flora de docentes para los que el día transcurre entre las pocas clases que tienen y la dura decisión de si se pegan con el profesor de dos puertas más allá para conseguir ese proyecto de no sé que les reporta un sueldo extra y que seguramente impartirán con dudosa calidad docente. ¿Y quién se dedica a investigar? Seguramente los que me encuentro por el pasillo no y que encima he de soportar que me miren por encima del hombro como si fuese menos por ser una puta becaria, como si ellos no hubiese entrado en esta universidad de puro rebote que todos sabemos que las plazas aquí estaban de saldo cuando ellos entraron. Así que me vuelvo a mi laboratorio a seguir destripando algo más que no entiendo.

El Sueño de Cassandra

Cuando sea mayor quiero ser...

Cuando me sentía frustrada infórmaticamente tendía a refugiarme en el gran paraguas que abarcaba la informática. Sin embargo, cada vez caigo más en la cuenta de que lo que hago no es más que dirigirme hacia las matemáticas.
Hasta ahora me alzaba en pro de que la informática era más que programas y programación pero puede que llegado a este punto haya comprendido que no exista la informática sin la programación y que el problema es que lo que yo busco es dirigirme hacia las matemáticas sin serlo, buscar un hueco en lo interdisplinar. Mamá quiero ser matemática.

Incoherencias

El presidente del PP de Vizcaya, Antonio Basagoiti, ha asegurado por su parte que si el Gobierno fuera "coherente" iniciaría hoy mismo la ilegalización de ANV después de que esta formación no haya condenado el atentado de Durango.
Mayor Oreja se niega a condenar el franquismo. "Muchas familias lo vivieron con naturalidad", "era una situación de extraordinaria placidez".
La comparación de ambas noticias habla por sí misma y yo vuelvo a recapacitar sobre el tema recurrente en este país. La condena de los actos de terror de la extrema izquierda es necesaria y punible mientras que la no condena de los actos de terror de la extrema derecha no sólo se deja impune sino que es socialmente admitida. Por eso es necesaria la Ley de la Memoria histórica.

Eterna culpabilidad opuesta

Escuchar a los políticos "serios" de tu país culpar al presidente del gobierno, sea cual sea su opción política, del último atentado terrorista es como asistir al teatro de los guiñoles perpleja de que sea la realidad.
De repente un acto de terror ya no merece la condena de quienes lo perpetraron sino del mismísimo representante elegido legítimamente por la población. A la oposición de le han cruzado los cables y sus fervientes seguidores deberían empezar ensuciarse el cerebro porque de tanto que se lo han limpiado igual un día se encuentran nadando en el vacío intelectual.

Hoy es un buen día

A veces amanece y no todo en el periódico son malas noticias. A veces la política demuestra que es posible llegar a acuerdos a pesar de que algunos siguen demostrando estar de acuerdo con lo ocurrido en el pasado porque el que calla otorga. Hoy celebramos que la Ley de la Memoria Histórica es posible.

Victimismo a la carta

El parlamento vasco celebra su primer pleno monográfico a las víctimas del terrorismo. Yo al oír primer me temo que no sea último y lo de monográfico me da auténtico pavor, porque igual que no ceden al chantaje del terror de quienes llaman terroristas creo que no debemos ceder al victimismo de quienes llaman víctimas. Si las personas de etnia gitana hicieran una asociación por sus derechos en pos de una vivienda digna y gratuita para salir de las calles y de las chavolas, sé de muchas personas que estarían en contra y se opondrían fervientemente al movimiento. Yo vivo perpleja el movimiento en masa de unas personas que exigen derechos al Estado porque una banda armada, injustamente eso sí, les arrebató a un ser querido. Pero ¿por eso el Estado debe darle una indemnización? Es acaso el Estado responsable subsidiar de su tragedia. En tal caso debería serlo también de quien sale a la calle y es violada por un violador que cumplió condena pero no se rehabilitó. Lo debe ser justamente para todos y no sólo para aquellos que juegan con el dolor y la pena para conseguir sus objetivos y lograrlos mediante leyes que discriminan positivamente a unas víctimas. Yo me pregunto cuan lejos anda este país de si quiera reconocer a las víctimas del Franquismo cuando ya está dando ventajas desmesuradas a las víctimas de determinado terrorismo.