El consumismo es el adoctrinamiento del capitalismo y el arma que unos utilizan para criticarse a otros sin caer en la cuenta de que la gran verdad de este mundo es que el capitalismo nos ha hecho a todos iguales.
Existen muchas y variadas razas de seres capitalistas pero la frontera que muy marcadamente los diferencia es la tendencia de unos a negar su vencimiento ante el sistema y el contrario exhibicionismo de los otros a mostrar su consumismo.
Los que siguen las tendencias de la última moda gastan fortunas para meter su maltratado cuerpo, formado a medida de esas prendas que desean comprar. Pero no seré yo quien los critique y no os riáis de ellos porque no sois vosotros, los que compráis las ultimas figuras del Señor de los Anillos para ponerlas en vuestras estanterías y pagáis fortunas por un casco reproducción de aquel que llevaba no sé quien en la Guerra de no sé qué Galaxia, los que no sacáis la cartera de vuestro bolsillo para no caer en el comprar por comprar. Luego están los que se creen ajenos a todo eso, vestidos siempre de chandall, porque son deportistas y se ríen de los frikis y de los pijos, pero alardean de su última raqueta de fibra de vidrio con la que juegan horas al tenis con unas zapatillas que les han costado 130€. Por no hablar de los intelectuales que se compran 1 libro por semana, de tapas duras, por supuesto que queda mas bonito en la biblioteca personal y la editorial se endosa 15€ más de la venta. Que levante la mano quien no desee un Mac Book Air.
Lo llaméis como lo llaméis sigue siendo consumismo, ya sea en las boutiques más exclusivas o en las tiendas de cómics más siniestras, nadie se escapa.
Existen muchas y variadas razas de seres capitalistas pero la frontera que muy marcadamente los diferencia es la tendencia de unos a negar su vencimiento ante el sistema y el contrario exhibicionismo de los otros a mostrar su consumismo.
Los que siguen las tendencias de la última moda gastan fortunas para meter su maltratado cuerpo, formado a medida de esas prendas que desean comprar. Pero no seré yo quien los critique y no os riáis de ellos porque no sois vosotros, los que compráis las ultimas figuras del Señor de los Anillos para ponerlas en vuestras estanterías y pagáis fortunas por un casco reproducción de aquel que llevaba no sé quien en la Guerra de no sé qué Galaxia, los que no sacáis la cartera de vuestro bolsillo para no caer en el comprar por comprar. Luego están los que se creen ajenos a todo eso, vestidos siempre de chandall, porque son deportistas y se ríen de los frikis y de los pijos, pero alardean de su última raqueta de fibra de vidrio con la que juegan horas al tenis con unas zapatillas que les han costado 130€. Por no hablar de los intelectuales que se compran 1 libro por semana, de tapas duras, por supuesto que queda mas bonito en la biblioteca personal y la editorial se endosa 15€ más de la venta. Que levante la mano quien no desee un Mac Book Air.
Lo llaméis como lo llaméis sigue siendo consumismo, ya sea en las boutiques más exclusivas o en las tiendas de cómics más siniestras, nadie se escapa.