miércoles, abril 15, 2009

Disculpas, explicaciones, etc

Hace unos días me vi obligada a cerrar los comentarios de este blog porque una de esas personas que no quieren atender a razones se tomó demasiado a pecho mis opiniones. Lo más gracioso es que esta tendencia que tengo a hacer de abogado del demonio surgió efecto. Nunca he hecho pública mi posición porque suponía que poco más que aquellos que me conocen leían esto.
Dios! Nada más lejos de mi posición el justificar a asesinos, es sólo que mi convicción vitalista me obliga a centrarme en lo que hay para dar una oportunidad a futuras generaciones, sin dejar de penar lo punible. Esto va también por la transición, no se puede hacer un pacto de silencio y convertirnos en uno de los países de Europa con más desaparecidos sin justificar. Por favor, olvidar el franquismo por un pacto de silencio en pos de la continuidad sería lo mismo que olvidar los asesinados por ETA en pos de la paz en el país Vasco. No creo que sea más punible el poner una bomba que el fusilar a inocentes. Las nuevas generaciones deben aprender que los radicalismos de derechas e izquierdas llevan ambos a situaciones insostenibles y por ahora los jóvenes sólo han aprendido que el radicalismo de izquierdas es punible, reclamo que no se olvide el otro extremo.
No voy a negar, de la misma manera, que estoy de acuerdo en que participen en el diálogo vasco todos aquellos que no han cometido actos punibles, sea cual sea su ideología. Creo que la política debe estar basada en el diálogo, no para despenalizar a asesinos sino para prevenir que surjan nuevas generaciones de ellos.
Si alguien pretende unirse a la lucha vasca por una causa-excusa puede ser prevenido de no participar en ello si esas causas son razones que no se mantiene por la realidad. Si por el contrario negamos el diálogo, las personas manipulables pueden creer que eso es opresión, aunque no lo sea. Estoy profundamente convencida de que para terminar con el mal hay que ser perfectamente bueno para poder penar completamente lo malo, ya que en ese momento el mal no tendría razón de ser y sería puramente mal a los ojos de convencidos y de los menos convencidos.
Y con esto vuelvo a abrir los comentarios, sin pretender ofender a nadie pero siempre bajo el compromiso de que debemos respetar las posiciones de todos, comentar pero no agredir.

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