jueves, marzo 22, 2012

De lo que día se compone

Hace unos días, conduciendo por una carretera, vi a un hombre caminar por el arcén. El lugar más próximo habitable en esa dirección queda muy lejos. El lugar más próximo y visitado en esa dirección es el cementerio nuevo, sin transporte público y situado en medio de la nada. El hombre estaba limpio y vestía traje, cabe pensar que se dirigía allí.
Si de por sí visitar un cementerio es una experiencia triste, la idea de andar en su búsqueda por una carretera rodeado de cemento, polución y arena se me hace eternamente triste. Y lo que ronda hoy mi cabeza no es el transporte público, ni siquiera los cementerios sino cómo una sola mirada a 80Km puede depositar una idea permanente en mi pensamiento. Somos probablemente a diario testigos involuntarios de situaciones importantes pertenecientes a la intimidad de los que nos rodean. No podemos evitar que sin conocernos ni importarnos nos embargue la empatía y aún al desaparecer la persona, permanezca en nosotros el sentimiento provocado por la situación.
Así formamos nuestro día. Cuando el tiempo pasa lo pasado desaparece, sin embargo al terminar el día tenemos una sensación general suma de pequeñas piezas sentidas durante el día. Ahora que de forma temporal mi trabajo se reduce a estar en casa escribiendo me he dado cuenta de que mi día se siente vacío. Buscando las causas de mi malestar he acabado concluyendo que es la ausencia de causas lo que me provoca un no-sentimiento para el que no estoy preparada.

No hay comentarios: