Vivimos dominados por el síndrome del autobús lleno. En una parada donde los pasajeros creen que nadie mas puede entrar el conductor para y ante su estupefacción los que esperan suben y caben. Todos viajan un poco menos cómodos pero llegan al destino. Llega una patera y los que aquí viven una vida cómoda se preocupan por si esa vida dejaría de ser un poco menos cómoda debido a la llegada de esos otros viajantes que según su subjetiva opinión no debían haber sido recogidos por el conductor.
Lo curioso es que no se trata de un extraño cosmopolitismo arraigado sino de un egoísmo avanzado. Veamos el ejemplo Fórum versus Delphi. Unos son estafados y no hacen más que dar el coñazo para que el Estado les devuelva su dinero. Mientras al otro lado un gran número de persona se enfrenta al desempleo seguro y piden al Estado una solución imposible desde el punto de vista liberal, posible desde un punto vista más intervencionista. Los que quisieron enriquecerse a toda costa echan culpas a quien sea para recuperar también toda costa sus ganancias aunque eso suponga quitar recursos a quien los necesita para solucionar otros asuntos mucho más importantes, así jamás se encontrará el equilibrio y no descubriremos nunca si había sitio o no en el autobús o sólo nos molestaba movernos para hacer sitio.
Lo curioso es que no se trata de un extraño cosmopolitismo arraigado sino de un egoísmo avanzado. Veamos el ejemplo Fórum versus Delphi. Unos son estafados y no hacen más que dar el coñazo para que el Estado les devuelva su dinero. Mientras al otro lado un gran número de persona se enfrenta al desempleo seguro y piden al Estado una solución imposible desde el punto de vista liberal, posible desde un punto vista más intervencionista. Los que quisieron enriquecerse a toda costa echan culpas a quien sea para recuperar también toda costa sus ganancias aunque eso suponga quitar recursos a quien los necesita para solucionar otros asuntos mucho más importantes, así jamás se encontrará el equilibrio y no descubriremos nunca si había sitio o no en el autobús o sólo nos molestaba movernos para hacer sitio.
1 comentario:
Estaba pensando que esta imagen que has montado (¡y que me gusta! ;-) ), también vale lo del "elemento porculizador que se queda apalancado en la entrada y no deja subir a los demás porque es incapaz de dejar de mirarse su ombligo"
Y lo malo es que es más por falta de pensar (en los demás... o de pensar, a secas), que por maldad...
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