domingo, julio 01, 2007

Paz y calma perdida

Corrí por Londres buscando una Coca-Cola con Vainilla para ti antes de saber que me importabas. La semana siguiente de madrugada lo dejabas todo para estar a mi lado porque estaba triste y desde entonces no saliste de mi vida.
Jamás comprendiste qué me pasaba, porque no supe hacértelo comprender a tiempo. Me fui y volví y me fui otra vez y volví.


Mi pobre corazón oxidado
Mi pobre corazón encogido

Mi pobre corazón todo el daño

Mi pobre corazón todo lo bueno vivido

Mi pobre corazón lo mas malo

Mi pobre corazón no importa que sea pequeño

Mi pobre corazón que no le caben ya las penas


Cuando me di cuenta de que dudabas de mi decidí retirarme del camino y hacer frente a mis errores y a mi culpa. Encontrarme a mi misma o navegar en el laberinto de mi complejidad y dejarme perder con la certeza de que esta vez no vendrías a salvarme.

Cómo puede cambiar la vida en un año, vender alma y cuerpo al diablo otra vez y que no importe.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para lo bueno y para lo malo, el problema es no poder tener memoria selectiva y poder recordar lo primero y olvidar lo segundo. Ahora te entiendo mejor cuando estas palabras intercambiaban interlocutor.

Como ves aun te sigo leyendo...