Que la sociedad española se vea representada en Eurovisión por un engendro llamado Chiki Ckiki lo dice todo sobre una cultura del gusto por lo cochambroso, lo estrambótico y lo grotesco que cada vez más lo abarca todo. Son series de televisión como Manos a la Obra o Ana y los -no sé cuántos- que llenan la televisión de mal gusto. Programas con personajes del tipo de este tal Rodolfo y niños en la calle imitando las parodias de estos seres mezquinos que llenan nuestras vidas de anticultura.
Me abruma la compasión ante un nuevo personaje que morirá de hambre cuando todo el mundo se cansé en 2 meses de esta nueva arrítmica tomadura de pelo que un día Buenafuente decidió meter en nuestra vida para reírse del país entero y que sentado desde su silla contempla como el país entero se rinde a los pies de un pobre desgraciado disfrazado, sólo porque el cómico de moda lo saca en su programa y proclama que es una buena parodia. Este es sin duda el mejor de los monólogos y chistes de Buenafuente, se ha reído del país entero, mi enhorabuena, me quito el sombrero.
Me abruma la compasión ante un nuevo personaje que morirá de hambre cuando todo el mundo se cansé en 2 meses de esta nueva arrítmica tomadura de pelo que un día Buenafuente decidió meter en nuestra vida para reírse del país entero y que sentado desde su silla contempla como el país entero se rinde a los pies de un pobre desgraciado disfrazado, sólo porque el cómico de moda lo saca en su programa y proclama que es una buena parodia. Este es sin duda el mejor de los monólogos y chistes de Buenafuente, se ha reído del país entero, mi enhorabuena, me quito el sombrero.
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