sábado, septiembre 12, 2009

From lost to the river

Supongamos que la incertidumbre te embarga, puedes pintar cuadros mentales y convencerte de que eres capaz de abarcar todas las posibles soluciones de forma que si sabes el qué sabrás el cómo. Pero después de todo, el problema no es la futura consecuencia sino la incertidumbre y el hecho en sí de que muy probablemente no estamos preparados para las consecuencias.
Imaginar qué puede pasar y qué ocurrirá es muy probablemente una manera de mantenerse ocupado y no tener tiempo de descubrir lo que causa la incertidumbre porque en ese mismo momento, el momento en el que abandonas la inopia, ya no existen alternativas, ya no eres una persona con opciones sino que ya tienes el camino marcado. Por eso creo que la incertidumbre nos gusta porque es sinónimo indiscutible de tener todavía alternativas.

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