Rituales

Los rituales son una extraña necesidad que el hombre arrastra. Podrían ser confundidos con hábitos pero son más que eso. Lo que diferencia un ritual de una costumbre es la necesidad, la dependencia que mostramos ante esa costumbre ilógica.
Todo esto viene porque pensaba en el modo anglosajón de traducir nuestro "superar algo", "to move on". Me gusta porque para superar algo lo sobrepasas y para eso basta con saltar o levantar una pierna. Pero, to move on something es como mudarse, como trasladarse y para eso necesitas un camión que muchas veces es un ritual.
La primera vez que escuché la palabra ritual aplicada a un concepto no religioso millones de cosas tomaron forma y existencia. Se trata de cosas como hacer limpieza en los armarios, tirar recuerdos, funerales, cumpleaños o la misma celebración de año nuevo. Yo he experimentado intentando eliminar los rituales y mi conclusión es que los necesitamos, porque en su ausencia nos sentimos desorientados.

Disappointments

Cuando alguien me dijo alguna vez que no debía esperar nada de la gente intenté empezar a aplicarlo. Con la edad, o el tiempo sencillamente, me he dado cuenta de que no se trata de no esperar nada sino de cómo afrontar la decepción que es un sentimiento altamente inevitable.
No es tanto el andar por la vida esperando que la gente haga lo que quiera y no te afecte sino que cuando las personas te decepcionan no lo tomes como algo malo sino como una discrepancia de puntos de vista.
Caí en la cuenta leyendo sobre el narcisismo y su definición como el que cree que el resto es una prolongación de él mismo. El narcisista cree que el resto es como él y va a reaccionar como él. No sé si sea la edad, la experiencia o la propia inteligencia lo que en determinado momento te lleva a una posición de empatía de saber que el resto son entes independientes y que actúan y reaccionan con total independencia y no cómo una prolongación de tus valores u opiniones. Por eso ya no me enfado.

Cómo ser incontinente, transparente e intraspasable

Aquí llueve mucho y muchos llevan unos paraguas muy útiles, yo ya me he comprado el mío. Mi paraguas es impermeable, como buen paraguas, me cubre de forma que el agua no puede entrar en mí pero contrariamente es transparente y me ven desde fuera mientras intento resguardarme del agua, tan nítidamente como yo les veo a ellos. Y a veces tengo mala cara y se me ve desde fuera, pero eso no quita que el único sitio desde el que lo ven sea el exterior.

Desapariciones fugaces negadas

Iba andando por la calle cuando me percaté de que una chica pasaba por mi lado con la cabeza tan gacha que todo lo que podía ver de ella era su coronilla seguida inmediatamente de su cuerpo pues su barbilla estaba absolutamente pegada a un invisible esternón. No hace falta ser Freud para llegar a la conclusión de que algo le avergonzaba, ya fuera momentáneo o un permanente problema de autoestima.
Las personas tenemos la extraña reacción de negarnos a nosotros mismos cuándo estamos avergonzados o sentimos miedo. El hecho de no poder mirar a los demás de bajar la mirada es una negación del propio yo, sentimos que si no vemos al resto, el resto no nos verá a nosotros, es más, creemos que si no afrontamos sus miradas el rechazo no existe, pero es una mentira, el resto sigue ahí con o sin nuestra presencia.
Es exactamente la misma razón por la que ante el miedo nos tapamos. Acaso el hecho de taparnos con una sábana va a evitar que el asesino nos atraviese con un cuchillo. Ignoro si sea una reacción innata o aprendida pero es altamente preocupante. La negación del propio yo significa que en ese momento nos creemos insignificantes y brindamos a aquello que nos ataca el protagonismo mediante nuestra desaparición momentánea. El ser humano debería tener la reacción de afrontar el miedo, de mirar hacia delante sin querer decir esto que el miedo o la vergüenza vayan a desaparecer pero sí el sentimiento de que no valemos lo suficiente en comparación con aquello de lo que nos escondemos.

Cómo ser educado sin importar realmente el qué

Hay algo que me fastidia en toda este exceso de politeness que tienen en esta parte del mundo. La situación es la siguiente, comida de grupo, uno de ellos no lleva comida y muchos se extrañan así que preguntan, la respuesta del implicado es que no tiene demasiado dinero para costear los gastos y prefiere hacer una sola buena comida una vez al día en lugar de comer cosas baratas y menos sanas durante el día. Está bien, es su elección, pero la parte sorprendente es que algunas personas se niegan a comer delante de esa persona, consideran que es de mala educación ya que consideran que supone alardear de que ellos sí tienen comida.
A mi se me antoja una doble moral, no quieren comer delante de él por decoro y consideran como una falta de delicadeza el que los otros sí lo hagan sin embargo ninguna de estas personas está dispuesta a compartir su comida con él. Es decir su opción es no enseñar que tienen y no compartir. Qué diferencia hay entre eso y comer delante del él. No es acaso una vertiente de la doble moral, una forma de ser educado en lo visual y no en lo intrínseco.

Cosas que me perdí por haber llegado tarde

Afirmación del Deseo Femenino

promiscuo, cua.

(Del lat. promiscŭus).

1. adj. Mezclado confusa o indiferentemente.

2. adj. Que tiene dos sentidos o se puede usar igualmente de un modo o de otro, por ser ambos equivalentes.

3. adj. Se dice de la persona que mantiene relaciones sexuales con otras varias, así como de su comportamiento, modo de vida, etc.

Hoy estaba preguntándome si existe verdadera libertad sexual o se sigue entendiendo el deseo sexual femenino como lascivo y promiscuo (3). A menudo se denomina libertinaje a la nueva manera de entender y vivir la sexualidad de los jóvenes y por sorprendente que os pueda parecer estoy de acuerdo, aunque mis razones difieren a las moralinas de los que predican una doble moral contrariamente.
Hasta ahora y desde los tiempos más remotos se ha entendido el deseo del hombre como algo natural y la sexualidad de la mujer como algo inexistente. En otras palabras, el hombre disfrutaba del sexo mientras la mujer tenía claras y únicas intenciones reproductivas. Tras una revolución feminista y otra sexual se le ha concedido a la mujer el placer sexual, pero no el derecho al deseo sexual.
No es cuanto menos paradójico que de tres significados que tiene la palabra promiscua tan sólo uno de ellos sea ampliamente conocido y notad que se utiliza el calificativo de promiscua para la mujer que mantiene numerosas relaciones sexuales y no para hombre, ya que a este se le atribuye como algo intrínseco el desearlo. La mujer actual admite sin recelos tener relaciones sexuales, pero son las menos las que admiten desearlo, hasta las jóvenes que ahora se creen más liberadas alardean de no ser vírgenes pero no hablan en público de que lo deseaban se limitan al hecho de que lo disfrutaron. De esta forma se hace menos natural el hecho de que una mujer tenga relaciones sexuales numerosas ya que no existe previo-aviso de que lo desea, y por lo tanto se entiende sólo como gula. De la misma forma la violación se ha reducido al hecho de que la mujer no lo disfruta, lo sufre, cuando sin embargo el hecho está en que no lo desea.

Que hay que empezar
un día más.
Tire pa'lante
que empujan atrás.

Y póngase el calcetín, paloma mía,
y véngase a cocinar el nuevo día.
Todo esta listo, el agua, el sol y el barro,
pero si falta usted no habrá milagro.

Si le falta usted
a un mundo enfermo y con canas,
quién va a hacerle la cama
y quién le peinará la frente
y quién le lavará la cara.
Si falta su risa
para echarlo a andar.
Venga conmigo y el gallo a cantar.