jueves, junio 22, 2006

Cosas que pasan (o no)

Mi memoria es como esa gente que se pinta con boli una cruz en la mano porque dice acordarse así de que hay algo que debe recordar. Pues así funciona mi cabeza, sólo que no llega nunca a acordarse de que era la cosa que debía sacar del baúl. Ayer era el cumpleaños de alguien que conozco pero no me acuerdo de quien, está claro que no sería alguien cercano sino más bien un conocido pero ¿quién sería?
Y cambiando de tema, a veces te preguntan qué cosas te dan mucha rabia y no te viene ninguna a la cabeza. Hoy me he acordado de que, porque me ha ocurrido claro está, odio los peatones que después de pararte ante el paso de cebra para dejarles pasar, te ceden el paso ellos a ti. ¿Acaso creen que una vez estén pasando voy a acelerar? o ¿es que no saben que son los coches los que deben ceder el paso a los que van andando y no viceversa? Un día me quedaré parada y no pasaré hasta que el peatón o peatona pase por delante ¿no he frenado y he puesto punto muerto sólo para que tú pases? pues pasa de una maldita vez.

miércoles, junio 21, 2006

Lástima incómoda

Esta ciudad es todavía demasiado pequeña para no haber gente a la que conoces de vista porque llevas viéndola por la calle desde que tienes uso de razón. Al crecer la ciudad simplemente se empezaron a escapar de mi memoria visual miles de personas pero las que estaban desde el principio permanecieron. Pues entre los que estaban desde el principio hay un hombre paralítico que lo conozco yo y media ciudad. Cuando tenía unos 11 o 12 años,siendo una niña, conocí a este hombre, se acercó a mi y a una amiga de la misma edad mientras estábamos sentadas en el banco de una plaza. Quería invitarnos a tomar algo. Cuando se lo conté a mi madre ella ya sabía quien era, al parecer hacía poco la siguió andando a su ritmo en la silla hasta que mi madre se percató de que no era un simple caso de mismo ritmo y rumbo y él pretendió invitarle también a tomar algo. Con el tiempo fueron saliendo personas y personas con las que hablaba y a las que les había pasado lo mismo.No me atrevo a decir en voz alta que se aprovechaba de su condición para intentar pillar algo pero si que lo he pensado más de una vez. Lo he visto millones de veces por la calle y siempre intento evitar una situación de proximidad estática. No se trata de la silla, se trata de que no me siento nada cómoda si un extraño me para en la calle para ligar, porque encima si eres directa y le mandas a paseo, te pueden tachar de cruel.
El recuerdo ha saltado de mi memoria a mi cabeza pensante mientras conducía al pararme en un paso de cebra para dejar pasar a un peatón minusválido que ha resultado ser la persona de la que vengo hablando en las últimas líneas. Me da igual que esté en silla de ruedas o que ande con patines, no me perece normal ni justificable que un hombre de unos 35-40 años vaya intentando invitar a tomar lo que sea a menores muy niñas. Han pasado 12 años de eso y 12 años también para él; estaba más delgado, parecía más débil y le ha costado subir la rampa de la acera. He deseado muy fuerte que no se cayera porque de hacerlo habría bajado a ayudarle y después seguro que habría querido invitarme a tomar algo.

lunes, junio 19, 2006

Narcisismo político

El día que el pepé decidió que lo mejor para este humilde país era participar en una guerra absurda tuvimos que tragar saliva y admitir que la democracia así lo había decidido, ya fuera por abstención o por gilipollez de los ciudadanos. Aunque la gran mayoría así lo reclamaba, nadie puede decir más que que fue una decisión políticamente y electoralmente legal. Con pataleta y mentiras que llegaban del Atlántico tuvimos que tragar.
Ahora el pepé dice que 2 de cada 3 catalanes no ratifican el Estatud de Catalunya, cuentas que salen sólo haciendo suya la abstención, manipulando una vez más. Se equivocaron, el pepé no utilizará tu no en contra de Catalunya, utilizará tu silencio. La abstención es la mejor arma de esos narcisistas parlamentarios que si no dejas claro que no estás con ellos darán por sentado sí lo estás.

sábado, junio 17, 2006

El enfado en sus variantes

Usually when people are sad, they don't do anything. They just cry over their condition. But when they get angry, they bring about a change.
Malcom X
La tristeza es un estado impasivo en el que las desdichas se suceden ante nosotros sin inmutarnos porque estamos inmóviles ante el dolor de forma que lo vemos y sólo nos produce más dolor pero no somos capaces de poner la mano para defendernos. No creo que la tristeza y el enfado sea estados sin relación, es más, pueden ser origen y consecuencia. Cuando dejamos de ser impasivos al dolor y ponemos la mano para que no nos peguen otra vez ya no estamos tristes, estamos enfadados.
A menudo la rabia se confunde con el enfado y es que en numerosas ocasiones la rabia es el mayor indicador de un enfado pero puede que el mayor y más temido de los enfados sea el silencioso. Cuando decides no gritar y contestar negativamente con tranquilidad estás enfadado y es el único enfado que es tomado con seriedad. Sin embargo este podría ser el último escalafón de los enojos, ese en el que una vez pasado deja de importarte la razón por la que te enojas y vuelves a la impasividad pero sin sentir dolor.
En cualquiera de los casos el enojo es siempre un síntoma inequívoco de amor, de querer hacia lo que defrauda, porque lógicamente lo que no se ama no defrauda, sorprende pero en ningún caso repercute en tu estado de ánimo.

sábado, junio 03, 2006

One of us

What if God was one of us
Just a slob like one of us
Just a stranger on the bus
Trying to make his way home
- Joan Osbourne -

No es una canción religiosa sino todo lo contrario.
No es una serie con trasfondo religioso Joan of Arcadia; una serie sobre una chica a la que se le aparece Dios en determinados momentos en forma de extraños que le hablan para darle consejos sobre como ayudar a los que la rodean.
Tampoco es religiosa Cadena de Favores la película donde el pequeño Harley Joel Osment proponía su teoría de los tres favores para hacer del mundo un mundo mejor; cada favor se devolvía en tres direcciones diferentes a la de donde se recibió el inicial, de forma que los beneficiarios aumentan de forma exponencial y el mundo se vuelve mejor con ello.
No lo son porque lejos de una primera visión superficial se ve que la idea central es la existencia de Dios como la pluralidad de la que nosotros formamos parte. Dios eres tú, es el extraño que te cede el asiento en el autobús porque te duelen los pies o la madre que habla con su hija. Todos somos Dios y Dios somos cada uno de nosotros en el sentido de que sólo nosotros tenemos en nuestras manos hacer de este mundo algo que valga la pena.