miércoles, octubre 24, 2007

Unifobia, la universidad del pasillo más selecto

Frustrada y apostada a una silla donde ya no entiendo nada. En este laboratorio cada vez hace más frío, debe ser que el invierno llegó dentro en la propia universidad. Tengo que pedir turno para ver a mi director de tesis y ya empieza a parecer el restaurante de Arzak, con lo que el paper este que intento entender se hace cada vez más arduo y más pesado hasta que decido levantarme.
Levantarse no es una mejor opción, fuera, en el pasillo existe un mundo de fauna y flora de docentes para los que el día transcurre entre las pocas clases que tienen y la dura decisión de si se pegan con el profesor de dos puertas más allá para conseguir ese proyecto de no sé que les reporta un sueldo extra y que seguramente impartirán con dudosa calidad docente. ¿Y quién se dedica a investigar? Seguramente los que me encuentro por el pasillo no y que encima he de soportar que me miren por encima del hombro como si fuese menos por ser una puta becaria, como si ellos no hubiese entrado en esta universidad de puro rebote que todos sabemos que las plazas aquí estaban de saldo cuando ellos entraron. Así que me vuelvo a mi laboratorio a seguir destripando algo más que no entiendo.

1 comentario:

francisco m. ortega dijo...

Unifobia para una universidad endogámica.