El charlatán de un pueblo se pone al lado de un pozo y a todo el que pasa promete la felicidad si se tira. Un infeliz le hace caso. El pozo es un pozo sin fondo.
Qué genial. Lo bueno es que, en cierto modo, el charlatán tenía razón. Una vez en el pozo, cualquier problema que el infeliz tuviera se volverá en un asunto sin importancia. Ya sólo tendrá un problema, que además no tendrá solución y, por lo tanto, no es realmente un problema. Así que, ciertamente, puede ser feliz durante la caída.
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Qué genial. Lo bueno es que, en cierto modo, el charlatán tenía razón. Una vez en el pozo, cualquier problema que el infeliz tuviera se volverá en un asunto sin importancia. Ya sólo tendrá un problema, que además no tendrá solución y, por lo tanto, no es realmente un problema. Así que, ciertamente, puede ser feliz durante la caída.
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