domingo, mayo 17, 2009

A ciegas, con alevosía

A ciegas, los protagonistas de “a ciegas” no ven y se pegan con las puertas y las patas de las camas. Yo de alguna manera a veces voy a ciegas, me doy contra las patas de las mesas al sentarme o con el techo del coche al entrar y me acompañan los consecuentes cardenales.
Puede que lo plausible de las personas con discapacidades es que son capaces de sacar partido a cualidades que muchos tienen dormidas. Ellos son capaces de “ver” lo que el resto ignoran. Esa ignorancia lleva a muchos a no ser nunca felices o conformarse con lo que ven mejor y no con lo que les harían sentir mejor.
A qué olemos las personas, unos huelen mal, otros bien y algunos mejor pero todos diferentes. Todos mordemos, saboreamos y acariciamos pero en gran mayoría ya sólo vemos. Sin embargo, los que alguna vez hemos sido un poco ciegos hemos aprendido que en esas pequeñeces está parte del secreto de la felicidad.

“I know that part inside you with no name, and that’s who we are, right?”

lunes, mayo 11, 2009

lo hermoso

Hoy me quedé atónita mirando a mi perra y tuve la sensación de que estaba viendo, por mucho, el ente más hermoso de esa clase. Pueden existir y seguro que existen, perros más hermosos, con las orejas proporcionadas con el pelo perfecto... pero a mis ojos, jamás serán más hermosos porque el más bonito estaba ahí delante.
La belleza, en sí misma hermosa, es el sentimiento que nos provoca lo que nos parece hermoso, no creo que exista una concepto estándar porque, en definitiva la sensación que algo provoca en nosotros es única e irrepetible. Por eso me siento con toda la potestad de decir que cuando algo me parece bello, es sin duda bello, porque provoca en mi un sentimiento cálido, suave yreconfortante, la seguridad de que no hay nada que me aporte más serenidad ni me haga sentir mejor que observar a mi perra.

miércoles, mayo 06, 2009

Reciprocidad migrante

Hoy me he levantando y me pica la cabeza…
Lo que de aquí en adelante pretendo explicar, no es ni mucho menos razón para restar derechos ni tampoco reducir ayudas. Quizás más bien, una muy buena defensa de la ayuda en origen para evitar la migración no deseada propiciada por motivos económicos.
Y dadas las pertinentes explicaciones es de ley admitir que me pregunto qué sentido tiene emigrar a un país y despreciar la cultura y su gente. Si tan loable, bonito y maravilloso es tu país ¿porqué no estás allí? y si has decidido marchar, por qué es tan malo conocer a gente del sitio en el que ahora te encuentras.
Aquí en este pseudo-ambiente "culto" en el que me intento desenvolver veo los mismos problemas que la gente describe en los peores barrios de las grandes ciudades. Los extranjeros de nacionalidades no europeas o muy recientemente europeas, crean sus propios guetos y no tienen el más mínimo interés de conocer la cultura en la que se mueven. Aún peor me parece el que utilicen como burda excusa para no relacionarse con nativos el hecho de que no entendamos su cultura. Es lamentable que creen sus propios guetos escudándose en que no tenemos los mismo intereses o no entendemos sus bromas ¿acaso entienden ellos las mías?
La clave de todo esto es la reciprocidad, sin embargo y tristemente, no existe reciprocidad cuando alguien desprecia una cultura. Cuando cierran la puerta a nuevos conocimientos bajo la excusa de no ser entendidos sin dar la oportunidad a intentar entender. Me atrevo a decir, por boca de mi propia experiencia, que un gran número de estos inmigrantes no se integran porque proyectan en nuestra figura la incomprensión que realmente ellos procesan.

sábado, mayo 02, 2009

Discapacidades

Últimamente he sentido un alo de miradas culpabilizadoras que creen que ellas sienten más porque lloran o porque lamentan a todas horas los que otros preferimos guardar para nosotros mismos.
En ocasiones los jueces ambulantes que circulan a nuestro alrededor creen que son dueños de la verdad única sobre cómo se siente el dolor o cómo hay que vivir las pérdidas. No le duele más al que más lo esterioza y hasta podria decir que no es más humano ni más verdadero el sentimiento del que llora. Envidio a quienes lloran y pasan malas temporadas porque la experiencia y la psicología convergen en que ayuda a superar el duelo más rápidamente, pero de alguna manera hay personas que nos transformamos a lo largo de la vida en entes demasiado conscientes.
Ser demasiado consciente supone no parar de pensar en todo momento. Estar absolutamente siempre pendiente de la suerte de estar aquí de ver a tu alrededor lo hay.
En ocasiones pienso que son los llorones quienes no son capaces de gestionar las emociones y sobre todo carecen de empatía en cuanto en tanto no pueden comprender que haya quienes gestionan las emociones de maneras dispares y no por ello son menos dolientes de su mismo sentimento.