domingo, mayo 17, 2009

A ciegas, con alevosía

A ciegas, los protagonistas de “a ciegas” no ven y se pegan con las puertas y las patas de las camas. Yo de alguna manera a veces voy a ciegas, me doy contra las patas de las mesas al sentarme o con el techo del coche al entrar y me acompañan los consecuentes cardenales.
Puede que lo plausible de las personas con discapacidades es que son capaces de sacar partido a cualidades que muchos tienen dormidas. Ellos son capaces de “ver” lo que el resto ignoran. Esa ignorancia lleva a muchos a no ser nunca felices o conformarse con lo que ven mejor y no con lo que les harían sentir mejor.
A qué olemos las personas, unos huelen mal, otros bien y algunos mejor pero todos diferentes. Todos mordemos, saboreamos y acariciamos pero en gran mayoría ya sólo vemos. Sin embargo, los que alguna vez hemos sido un poco ciegos hemos aprendido que en esas pequeñeces está parte del secreto de la felicidad.

“I know that part inside you with no name, and that’s who we are, right?”

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