El diablo sobre ruedas

Hay algo en mi coche que atrae a todos los conductores psicóticos sueltos por las carreteras españolas, es como si llevase una de esas camisetas en las que pone detrás "kick me".
Hace cosa de una semana, de vuelta a altas horas de la noche, un trailer me perseguía por la carretera pegado a 10m y a 100Km/h. Lo primero que me pregunté cuando lo llevaba detrás fue, cómo puede ser que yendo a unos 95Km/h el camión vaya "pisándome los talones" si se supone que están limitados mecánicamente para que circulen a 90Km/h. Pero es que cuando minutos después, ante su incapacidad de adelantarme por ser una carretera de doble sentido, empezó a "hacerme las luces" y después de acelerar recorrí los 20Km restantes a 100Km/h (el límite de la carretera) con el camión pegado a 10m, haciéndome señales de luces y sonoras. No bastándole con eso, cuando cogí la primera salida se cruzó en mi camino (porque no pude salir antes de la carretera) y reducí mi velocidad para adecuarla a la salida y el camión de puso detrás de mi (a sus ilegales 100Km/h) por el tramo en que la salida todavía no está separada de la carretera, para dar un volantazo cuando llegó la isleta que hace efectiva la salida y seguir por la carretera principal. Ahora que lo pienso me recuerda a una de la primeras películas de Spilberg "El Diablo sobre Ruedas".
Pues el viernes en la entrada a una rotonda se me coloca a la izquierda un empleado con mucha prisa que al intentar meterse en el carril de la derecha olvidó que había otro coche en el mismo tramo (yo). Frené evitando que se me llevase por delante y él siguió su paso. Pues clavada en el sitio con el frenazo mi mano se fue al claxon instintivamente y el psicótico del momento paró su marcha y esperó a que yo continuando la mía llegase a su altura y en paralelo (carretera de doble vía) marchando a mi altura se dedicó a soltarme unos cuantos improperios. Casi se me lleva por delante por cambiar de carril indebidamente y encima me llevo yo los insultos.
¿Y dónde estaba la policía en esos momentos? La policía de tráfico sólo sirve para multar, pero por muchas multas que pongan no evitarán los accidentes porque cuando los conductores psicóticos se ponen al volante ellos no están allí para proteger a los inocentes. Puede que más presencia hiciera más efecto. Esa presencia intermitente de policía que cumple el cupo de multas diarias y se vuelve a almorzar, esa no evita los verdaderos accidentes.