viernes, julio 14, 2006

Siguiendo las costumbres

Para no dejar de contaros la verdad, mis desencuentros con los conductores psicóticos en la carretera no han cesado. Ayer una moto se puso a la misma altura del coche en el que viajaba para acelerar bruscamente y alejarse haciendo un caballito mientras pasaba de 20 a 80 en 2seg. No, si es que las cosas en la carretera están muy mal. En esta ciudad los concejales de urbanismo aprueban cosas que no pasarían ni una mera votación popular ¿a quién se le ocurre que en un tramo de avenida de unos 1000m no se pueda hacer un miserable cambio de sentido y tengas consecuentemente que llegar hasta el final para bordear una rotonda y poder llegar al principio del recorrido de 1000m donde pasaste por enfrente de tu lugar de destino que quedaba al otro lado de una mediana? Lo comprendería si esto fuese Madrid y nuestras avenidas fuesen avenidas de verdad y no calles anchas que dada la reducida amplitud del resto se les otorga en comparación la denominación de avenida. Sinceramente, la famosa avenida estaba maravillosa como estaba y por otro lado hay muchos más temas sociales que podrían resolverse con los millones de euros que se han malgastado en vestir a la mona de seda. Pero no nos engañemos, los votantes (porque los ciudadanos ya no son ciudadanos sino votantes) se dejan maravillar por la mona vestida de seda ignorando que mona se queda. Supongo que los aeropuertos, las ciudades balnearios y las obras visuales dan buena imagen y buenas comisiones, dos cosas que se enlazan y forman un ciclo en el que el votante no es más que un medio.
Y a todo esto, Israel sigue ahogando a Gaza. Ni siquiera son valientes, es muy fácil atacar al débil, atacar a quien no tiene cómo defenderse. Mientras Israel dispone de hospitales, comida y suministros básicos (y no básicos) Gaza se ahoga en un mar insaluble, con hospitales que han quedado inservibles sin electricidad ni agua ni medicamentos. Las bombas matan a niños, derrumban casas de inocentes, con los inocentes dentro. Al fin y al cabo a nadie le importa el maldito soldado, ha sido sencillamente la excusa para exterminar lo que les molesta, para cuando esto termine Gaza será de Israel, porque no existirá nadie vivo en ese territorio.
Ya basta, basta de lamentarse por los 42 muertos de Valencia y cerrar los ojos ante mayores y más crueles injusticias. El votante, en oposición al ciudadano, suele ser individualista localista, no le importa más que que le barran las migas de al rededor de su silla.

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