jueves, septiembre 21, 2006

Cosas que encontrar una tarde

He dejado mi extraño vicio de encontrarme con conductores psicóticos en la carretera, ahora me encuentro con peatones asesinos.
Aparentemente un peatón suicida, un abuelo de apariencia normal y bien vestido cruza la calle de forma negligente (por medio de ningún lado) un coche está a punto de atropellarle. Ignoro en qué momento y porqué el conductor sale de su coche, dejándolo en medio de la calzada, en marcha y con la puerta abierta. Yo llegué en el momento que paso a describir y entre improperios me enteré de lo que os he contado anteriormente. El abuelo y el joven se enzarzan en una lucha verbal que acaba con el abuelo sacando una navaja de unos 20cm. Como sacado de un drama, el abuelo lejos de parecer peligroso parecía un niño que no sabía lo que tenía en las manos e ignoraba de qué debía defenderse, sólo se defendía.
Puede que mi protagonista se sintiera indefenso, indefenso en un mundo que ha cambiado más de lo que cambió entre otros tiempos anteriores. A mi me daba mucha lástima, probablemente porque fuera una persona carente de afecto y eso le provocara falta de confianza en las otras personas, una persona que piensa que cualquiera puede ser quien le atraque porque no confía en nadie porque no conoce a nadie. O quizás sea sólo un abuelo desequilibrado...

No hay comentarios: