jueves, mayo 03, 2007

Pájaros como en Hitchcock

La situación es la siguiente, estoy ensimismada delante de la tele y oigo unos ruidos, es otro pájaro que se ha caído chimenea abajo y pide auxilio golpeando con su pico en el cristal de la puerta de la estufa apagada. No es la primera vez que pasa pero sí la primera que estoy sola en casa intentando ignorar que reconozco ese ruido como si pudiera no oírlo. Y tratando de no oírlo me encierro en mi cuarto y deseo con fuerza que regrese pronto a mi casa el resto de la gente para que lo saquen de allí, sabiendo que, allí dentro, no le va pasar nada al pajarito.
Las fobias son paralizadoras, hacen de nosotros mismos los seres que no queremos ser y sacan de dentro lo que nunca hemos sido. Soy incapaz de dejar a nadie sin auxilio pero en ese momento pudo más la fobia que el carácter altruista, me paralizaba el hecho de pensar que lo que tenía que sacar tras la puerta de cristal era un pájaro.

2 comentarios:

Mars Attacks dijo...

Jo, animalet... y pobre pájaro, también ;)
:-***

No sé por qué, acabo de pensar en "El virus del miedo", de nuestro querido Ismael Serrano...

servidora dijo...

Una vez nos entró en casa un murciélago. Pilló abierta la puerta de la terraza y se metió por toda la sala ¡hala! ¡Menuda fiesta! XDDD

Yo me puse histérica, al bicho no había quien lo cazara porque no paraba quieto, no se me ocurrió otra cosa que decir "los pitidos seguro que le descontrolan el radar ese que tiene" y me fui a por un silbato. A todo esto Pepa y Moncho iban de un ladridoso que se salían, saltando de un sofá al otro y aumentando la entropía y aquel volando de la tele a la vitrina paando por las cortinas y por detrás de nosotros... Al final hicimos una especie de cazamariposas con una bolsa de mercadona y la pantalla de una lámpara y lo pescamos... Creo que a la semana ya estaba colocada la cortinilla metálica antimoscas... y antimurciélagos.

¿A qué viene todo este rollo? Nada, es que me acordé y me estaba partiendo recordando la escena... aunque en el momento aquel me sentí tan inútil y tan chafada.. ¿cómo podía una rata con alas provocar todo aquello?

Porque vuela, y yo no puedo seguirle volando, supongo... al hecho de temer al propio bicho, se une la sensación de torpeza y vaya usted a saber cuál es peor.

Eso sí, estoy segura de que si a mí me pasara algo, te dejabas cortar en dos... y por el punto de egoísmo que me toca, comprenderás que eso me hace muchísima más ilusión :-)

¡Bon día, apañera! :-)