domingo, mayo 21, 2006

Decepción

Me gusta cuando callas, porque parece que estás pensando lo que vas a decir. Podría decirse de mi misma que mi incontinencia no es casual, que es la consecuencia de horas de soledad. Aquellas cosas almacenadas se pegan por tener la oportunidad de salir por la boca de quien transporta este cerebro que no para de pensar inútilmente. Podría decirse de mi misma que tengo muchas cosas que decir, que mi mundo se reduce a cientos de pensamientos diarios que me inundan y que mueren sin poder ser compartidos, quizás tampoco quieren serlo.
Echo de menos la sangre de la sociedad. El conjunto que todos formamos se ha quedado sin sentimientos para pasar a ser una masa de pensamiento dirigido en el que escasea la crítica y abunda el conformismo con el sistema que nos encharca. Conversaciones banales por doquier dejan de ser puntuales para ser las habituales. Mientras, quienes nos preguntamos qué está ocurriendo no podemos comprender la inactividad, no podemos comprender que por norma general se prefiera ser un ciudadano idiota a un ciudadano.
Pequeña, me siento insignificante cuando se alzan errores históricos repetitivos que a nadie llaman la atención.
Este es el comienzo no filmado de V for Vendetta, así es como se termina sucumbiendo a la falsa seguridad y el pasotismo político extendido.

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